No cabe duda de que los teléfonos móviles han acabado en buena parte con las cámaras de fotos. Son la opción preferida para inmortalizar viajes, reuniones familiares y todo lo que se nos ocurra. Pero, ¿qué ocurre con la fotografía inmobiliaria? Teniendo en cuenta que las imágenes son un factor fundamental en el éxito de un anuncio, ¿se puede conseguir la calidad necesaria con la cámara de un smartphone?
Evidentemente, existen muchas diferencias entre unos smartphones y otros. ¿Qué hace falta para poder conseguir buenas fotos inmobiliarias con un móvil? De entrada, que ofrezca una buena calidad de imagen, pero también que disponga de un gran angular para interiores, que permita trabajar en modo manual y que pueda guardar los archivos en formato RAW.
Para garantizar la calidad de imagen hay que contar con un sensor lo más grande posible, porque es lo que permitirá, entre otras cosas, que la cámara tenga un buen comportamiento con baja luz. La pantalla debe tener buen contraste y buena resolución, para poder apreciar con mayor nitidez lo que se está fotografiando y el resultado. Y es imprescindible que disponga de tres lentes, una de ellas de tipo gran angular.
La resolución de la imagen, en cambio, no es tan importante: 8 megas es suficiente, aunque ahora haya modelos que prometan hasta 100 megas. Además, la resolución que se especifica en las características del teléfono es la de la lente principal y no la de gran angular, que es la que más se va a utilizar para fotografiar inmuebles. La velocidad del enfoque tampoco es fundamental en el caso de la fotografía inmobiliaria, porque se trata de objetos estáticos.
Para poder obtener fotografías inmobiliarias de calidad con un teléfono móvil es preciso que se puedan guardar como archivo RAW, no solo JPG. Sin esta opción será imposible editar la imagen de manera profesional. Algunas veces la aplicación por defecto de la cámara del teléfono no permite acceder al RAW, pero sí puede obtenerse con otras apps.
Además, es aconsejable trabajar con aplicaciones que permitan seleccionar los modos de exposición. No está de más contar con una buena estabilización de la imagen, aunque en fotografía inmobiliaria debería trabajarse siempre con trípode, también cuando se hacen las fotos con el teléfono.
Además de las características del teléfono, es interesante contar con una serie de accesorios para mejorar la toma de imágenes. De entrada, un trípode asegurará que la cámara está estabilizada y nivelada, y que no se mueve en el momento de hacer las fotos, especialmente si se acompaña de un disparador. Otra opción es utilizar el temporizador del teléfono para retardar el disparo.
Si el teléfono no dispone de lente angular propia, se puede añadir una externa, pero hay que fijarse en la calidad que ofrecen, porque los modelos más baratos suelen ser insuficientes para la fotografía inmobiliaria. Es recomendable que el móvil cuente con carcasa y cristal de protección, para evitar daños en casos de caída. También puede ser interesante contar con una batería externa para no tener problemas de alimentación durante una sesión de fotos.
Todos los teléfonos tienen una aplicación de cámara por defecto, la propia de su sistema operativo, pero además se pueden añadir otras, tanto gratuitas como de pago. Lo más destacado a la hora de elegir con qué aplicación trabajar es que permita ajustar la exposición de manera manual y sencilla y que dé opción a activar o desactivar el flash y a elegir y bloquear el enfoque.
Además, es interesante que añada una rejilla que facilita el encuadre, que incluya un nivel virtual y que disponga de temporizador de disparo.
Como con cualquier otra cámara, el modo manual implica controlar tres grandes factores: la sensibilidad (medida en ISO), el diafragma y el obturador o velocidad de disparo. En los móviles el diafragma es fijo. El ISO es recomendable usarlo al mínimo posible para maximizar la calidad de la imagen, y el obturador dependerá de la cantidad de luz de la instancia: a menos luz, más tiempo de exposición. Un buen ajuste permite incluso lograr fotos nocturnas de gran calidad.